Mayo 2019
Nuestra historia con los vehículos eléctricos
Cómo nos decidimos por un EV
Nos animamos a contar nuestra experiencia con el vehículo eléctrico porque es uno de los temas por los que más nos preguntan en nuestro día a día.
Todo empezó a finales del verano de 2018. Me empecé a informar sobre una posible instalación de paneles solares para nuestra vivienda y, para ello, entré en varios grupos del mundo de telegram. Fue allí, donde además de aprender multitud de aspectos relacionados con la energía solar, descubrí el mundo del VE, completamente desconocido hasta el momento para mí.
Reboté desde un grupo de telegram a un canal de IVOOX con varios podcast relacionados con esta temática, y de ahí a dos más, y me escuché los cientos de podcast mientras me desplazaba al trabajo para enterarme bien del mundo del motor eléctrico.
En nuestro caso, utilizamos dos coches en casa para desplazarnos por separado a nuestros trabajos y estudios:
- Uno de los coches que teníamos era un RENAULT MEGANE SPORT TOURER diésel, la ranchera de Megane, que compramos de segunda mano casi nuevo con 3 años. Ahora ya tenía 5 años y 95mil km. Este coche realizaba una media de entre 20 y 25mil km al año, entre 50 y 100km al día.
- El segundo coche que teníamos era un FORD CMAX diésel comprado nuevo, de hacía 6 años y con 60mil km. Ya veis que este coche se utilizaba mucho menos, realizaba una media de 10mil km al año (unos 30km al día), pero en este curso académico iba a subir su índice de kilometraje de 30 a 120km durante tres días a la semana.
El mío era el Megane. Me gastaba una media algo más de 80€ al mes en diésel y la verdad es que el coche me encantaba. Sin embargo, empecé a ver las ventajas del VE por encima de las desventajas para nuestra situación, y más habiéndonos planteado ya una instalación fotovoltaica a corto plazo. Lo hablamos en casa e inicialmente me dijeron que estaba como una cabra 😆
“Que los VE son muy caros, que hay que instalar un punto de carga, que no tienen autonomía… Trasladé todo lo aprendido para transmitir tranquilidad: que no es necesario instalar ningún punto de carga, que simplemente podíamos poner un enchufe schuko de toda la vida en el exterior de la vivienda, que no era tan complicado y que no nos supondría una inversión; que los paneles solares iban a ayudarnos a cargarlo prácticamente gratis en días de buen tiempo; que podíamos empezar buscando uno de segunda mano para realizar una inversión inicial menor y vender el Megane antes de sus 100mil km (cifra que cruza la barrera psicológica de mucha gente para considerar el coche como “viejo”), etc” 😆
Total, que nos convenció el tema y nos hicimos una ruta por distintos concesionarios (Nissan para el Leaf 40, Kia para el Niro PHEV (híbrido enchufable), Renault para el Zoe, Hyundai para el Ioniq en sus versiones enchufable. .. Para TODOS nos asustaba muchísimo el precio y tengo que decir que SÓLO NISSAN quería realmente vendernos el coche ofreciéndonos opciones buenas en cuanto a financiación. Eso sí, tras probarlos nos enamoramos de la sensación de conducción eléctrica.
El miedo que teníamos era realizar ese desembolso tan grande y luego arrepentirnos por no adaptarse ese tipo de coche a nuestro sistema de vida. Sabíamos que íbamos a tener que hacer ciertos cambios en nuestras rutinas, pero no estábamos dispuestos a tener que hacer gincanas todos los días por cambiar de coche, cuando los que teníamos funcionaban perfectamente.
Tras unos días de reflexión, empecé a mirar a fondo las webs de segunda mano. Encontré un coche que respecto al precio ofrecía buenas prestaciones y una autonomía suficiente para mi día a día, era un Nissan Leaf 30, de aquella por 16mil €, año y medio de antigüedad y 50mil km. No me lo pensé, puse mi coche a la venta rápidamente y en tan solo 4 horas lo tenía vendido. Llamamos para reservar el leaf y en un mes lo tuvimos en casa, no sin múltiples problemas, todo hay que decirlo.. Lo compramos a un concesionario multimarca de Andalucía completamente desconocedores del VE. Cuando el coche llegó a casa, le faltaba la tarjeta SD, que no solo controla los mapas del navegador, sino que funciona como registro para que el vehículo guarde hasta la hora…. Y diréis, bueno, un contratiempo sin importancia.. Pues no, porque en los eléctricos es necesario para beneficiarse del periodo valle (mucho más económico con Discriminación Horaria) cargar de noche, y si tienes que estar todos los días saliendo al coche a las 22.00 o 23.00, según invierno – verano, para ponerlo a cargar y desconectarlo por la mañana menudo rollazo…. Aun encima, son tarjetas específicas para cada número de bastidor, por lo que no nos servía ninguna otra. Evidentemente el concesionario corrió con los 800€ de gasto de la nueva tarjeta (la del coche la robarían por el camino o en el mismo concesionario para venderla por internet, que al parecer van caras) pero tardamos casi 3 meses en tener la tarjeta en casa.
Los primeros días con un EV: el ahorro
Mientras tanto nos buscamos la vida para programar el coche. Primero instalamos un Schuko nosotros mismos fuera, con sus protecciones y toma de tierra en el cuadro eléctrico de casa e inventándonos un sistema provisional para que no se mojara durante la noche cuando lloviera (recuerdo que vivimos en Galicia, con diluvios universales en muchas ocasiones) 😆
Os pongo unas fotos del cargador provisional con el que empezamos al estilo puramente Manolo y Benito:
Qué deciros de los primeros días con el Leaf. Había peleas en casa para saber quién se lo llevaba, jajajaja. Hoy me toca a mi que hago más km.. No! Hoy me toca a mi que ayer lo tuviste tu…. Jajaja De ser el coche de apoyo, que era la intención con la que lo compramos, pasó a ser el coche principal, cogiendo el CMAX sólo para distancias cortas o para distancias muy muy largas que el leaf no pudiera hacer… pero el que más km fuera a hacer cogía el eléctrico para ahorrar lo máximo posible.
Los que me conocéis no lo dudaréis: ya el día antes de llegar el coche a casa tenía una pinza del mirubee en el cuadro eléctrico de casa para el enchufe del coche 😆 Quería saber al detalle cuándo consumía en kwh al día, a la semana, al mes, y, además, con qué potencia (kw) cargaba con su cargador de serie.
Primer mito al suelo: no había que subir la potencia contratada en casa. El coche cargaba a poco más de 2kw y si lo cargaba casi cada día con 3 o 4 horas estaba listo para el día siguiente.
Me rallé mucho la cabeza con el tema de la degradación de la batería, y por ello quise cargar el coche siempre al 80% exceptuando algunas veces que lo llenaba al 100% para evitar problemas de desequilibrio entre celdas. Como el leaf no tenía para programar la carga de forma que la parara al llegar al 80%, me creé una hoja Excel donde apunté el tiempo que tardaba en cargar, estableciendo una regla de tres y poniendo cada día el coche a cargar el tiempo que necesitara. Para evitar tener que cambiar el temporizador todos los días, puse un enchufe inteligente (un blitzwolf) para poder programarlo desde el móvil y santa maravilla.
Pues bien, los comentarios de los de nuestro alrededor eran: menuda factura de la luz os va a llegar, os vais a arrepentir del cambio, y un sinfín de comentarios de CUÑAOS jajajaj. Pues bueno, iba haciendo mis cálculos y en los primeros 7950km gasté exactamente 78,97€ de electricidad (incluyendo ahí los impuestos y el IVA para esos kwh).
Nos animamos a cambiar el coche de combustión por otro EV
Ahí empezaron los problemas, mi pareja vio la ventaja que suponía el eléctrico y quiso cambiar el CMAX 😆 y todavía ni un panel solar en casa!!!!!!! xDDDD Teníamos claro que el segundo eléctrico no podia ser otro leaf 30, porque su autonomía no nos era suficiente como para arriesgarnos a necesitar hacer un trayecto algo más largo y no poder, y en el mercado de segunda mano no había opciones económicas que tuvieran más autonomía. Me tocó llevar mi leaf a la revisión de este año y ese mismo día, en el concesionario, me enteré de la oferta en la que la marca descontaba 5500€ en la compra de un Nissan Leaf 40 nuevo. Llamé rápidamente a mi pareja y esa misma tarde estábamos en el concesionario para que probara el leaf 40 y le tasaran el CMAX. El leaf le flipó y nos sentamos con el comercial a echar cuentas. El comercial una gozada, entendía de eléctricos, nos buscó la mejor opción de financiación e incluso peleó en el concesionario para que nos aplicaran un descuento de casi mil euros más por trabajar en gran empresa. Total, que si entregábamos el CMAX, nos quedaba el leaf 40 en algo más de 17mil € sin financiaciones vinculadas al concesionario ni permanencias…. No lo dudó y lo cambió.
Tuve que modificar el enchufe schuko que había puesto y añadir un segundo enchufe. Por ahora ambos en la misma línea, por lo que cargamos por separado. Y construimos una caseta para no tener que andar enchufando y desenchufando los cargadores y metiéndolos en los coches. Además, así teníamos los enchufes protegidos, los cargadores fijos y los blitzwolfs a cubierto de la lluvia.
Tened piedad, ninguno de los dos es albañil ni carpintero ni electricista. De hecho, hace 6 meses ninguno de los dos sabía pelar un cable xD Pero el ahorrar y hacerlo todo por cuenta propia, aunque no quede perfecto, es más gratificante.
Un último cambio
Así estuvimos dos meses. A la llegada del leaf 30 compré un obd2 para analizar el estado de la batería y anotar su progresión mediante la App específica de nissan: leafspy. Pues bien, en el transcurso de 4 meses el leaf 30 perdió un 4% de salud de batería tratándolo entre algodones. Me ralló muchísimo y quise también hacer mediciones de la batería del leaf 40. Nos lo entregaron y estaba al 97,5%. En dos meses lo tenemos al 95% y esta semana nos dijeron en Nissan que lo lleváramos por si hay que equilibrar las celdas………. Además, me ofrecieron cambiar el leaf 30 por el leaf 40, tasándome el leaf 30 por encima de lo que me costó en octubre! Estuve a un paso de cambiarlo, pero no me convence la situación de la batería del leaf 40 que ya tenemos y decidí mirar otras opciones con batería refrigerada.
Desde siempre me ha encantado el Hyundai Ioniq EV, tuve la ocasión de ver un par de venta de segunda mano de algunos propietarios que habían comprado el tesla model 3 y se deshacían de sus Ioniqs, pero habían volado en unos pocos días. Me arrepentí de no haberlo cambiado pero necesitaba tiempo para vender mi leaf 30. Hasta que apareció la oportunidad de hacerme con un Ioniq EV de km 0 por el mismo precio que me ofrecían el leaf 40. Ni me lo pensé. Vendí el leaf 30 en una semana y estoy esperando a que me llegue el Ioniq mañana
Muchísimos nervios, ganas de probarlo y hacer comparativas con el leaf 30 y el leaf 40. Tenemos ya el primer pique en casa: le digo a mi pareja que voy a ser capaz de hacer más km con el Ioniq y su batería de 28,2kwh que mi pareja con su leaf 40kwh…… y me dice que posiblemente, pero que lo duda…… así que bueno, tenemos la gran suerte de tener una hipoteca bajita, haber podido vender bien los coches diésel que teníamos y haber conseguido buenas financiaciones para los dos eléctricos, pero aún encima, estamos cargando gratis los coches en casa. Os paso el enlace del post que subí sobre la nueva tarifa eléctrica que tengo, en la que no pago la carga de los VEs de 1 a 7 de la madrugada y, además, tenemos desde hace una semana los paneles solares funcionando.
Lo siguiente que haré será separar las líneas de los schukos de los cargadores de los coches aumentando sus protecciones en el cuadro. Y, por supuesto, contaros la experiencia con el Ioniq y sus ventajas/inconvenientes respecto a los leafs.
Espero que al menos nuestra historia os haya animado un poquito a pensar en cambiar vuestros coches térmicos por eléctricos y hacer un poquito mejor este mundo.